Las noticias sobre Bengasi, aunque confusas e imposibles de confirmar por los medios de comunicación, han sido aterradoras . Hasta 300 muertos en 48 horas han podido haber muerto allí. A diferencia de Egipto y Túnez, la movilización contra la dictadura no es sólo pacífica, quizá porque muchos saben que el régimen no tendrá piedad. Unidades militares se han pasado al bando de los rebeldes y han atacado edificios oficiales y a las fuerzas mercenarias. En varias ocasiones, se ha dicho que las tropas del Gobierno habían sido expulsadas de la segunda ciudad del país. Los combates han llegado a Trípoli.
Por la tarde, se ha conocido un hecho que puede ser crucial. Un representante de una de las mayores tribus del país, la de Al Warfalla, ha anunciado que ya no aceptan a Gadafi como líder del país. Al Warfalla está formada por un millón de personas y aunque no todas ellas sigan este llamamiento, está claro que se trata de un golpe decisivo contra la autoridad del dictador.
La imagen extravagante de Gadafi es bastante engañosa. No hubiera permanecido cuatro décadas en el poder si fuera sólo un dictador de opereta. Una de sus habilidades ha sido siempre su capacidad de convertirse en indispensable para las grandes tribus a través de la presión, los favores, la mediación o la simple amenaza. Al perder esa legitimidad, el régimen corre el riesgo de sufrir un colapso en muy poco tiempo.
El mayor ejemplo de la fase de pánico ha sido la aparición por la noche en televisión de Saif al-Islam, el segundo hijo de Gadafi. Sabemos que todas las dictaduras juegan la carta del miedo, en sus diferentes posibilidades, pero Saif se ha superado. La alternativa al fin de la revuelta, ha dicho directamente, es la guerra civil.
El resto ha sido una delirante cascada de acusaciones que incluían a Facebook, emails, drogas, la partición del país, un emirato islamista, petróleo, hospitales, turismo, viviendas sociales, colonialismo, conspiraciones varias, Al Jazeera, la BBC...
Fotos de la rebelión de Bengasi en el Flickr de a7fadhomar.
A primera hora de este lunes, se ha confirmado que las protestas violentas han llegado a Trípoli. La sede de la TV oficial ha sido atacado, aunque sigue emitiendo a esta hora. Un testigo ha contado a Reuters que el edificio donde se reúne el Congreso del Pueblo (Parlamento) está en llamas.
Via. Guerraeterna
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